El retorno de LucasArts, por EDGE

Que alegría / nostalgia cuando ayer compro LA revista de videojuegos EDGE (edición española, septiembre 2006) y veo su portada:

Portada de la revista EDGE dedicada a LucasArts

En realidad, la imagen es de la edición del Reino Unido (no he encontrado una decente, de calidad, de la edición española, pero sólo cambia el texto) y sólo la mitad de la imagen corresponde a la portada. Entera se puede ver en las páginas interiores.

¿A cuántos personajes reconoces? ¿O debería decir a cuántos no reconoces? 😉

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El primer videojuego de la historia

No, no fue el Spacewar!, ni el Pong, el primer videojuego de la historia fue Tennis for two (Tenis para dos) y data del año 1958.

Un poco de historia

William Higinbotham, un físico que trabajaba en el Brookhaven National Laboratory, pensaba sobre qué hacer o mostrar para entretener a los visitantes que acudían a ver las instalaciones, hasta que un día dijo: ¡Ya está! Y a las tres semanas tenía listo el que sería el primer videojuego de la historia. El juego se mostraba en una pantalla de apenas cinco pulgadas de un osciloscopio (sí, sí, esos aparatitos que pensaba que sólo podían servir para medir resistencias) conectado a un ordenador analógico (formado por potenciadores, transistores… y demás antigüedades) que generaba curvas que después se mostraban en la pantalla, es decir, era como el cerebro. Vaya friki era el amigo Willy, ¿no?

Tennis for Two y demás aparatos de exhibición

El juego

Mando del Tennis for twoEn la pantalla del osciloscopio se presentaba una pista de tenis vista desde un lado (algo así como una T invertida). Como el nombre indica, era un juego para dos personas, no podías jugar contra la máquina ya que ésta no estaba dotada de ningún tipo de inteligencia. Cada jugador tenía una especie de ‘mando’ con un par de botones; uno era una ruedecilla que servía para darle ángulo y un botón para golpear la pelota. En el momento que la pelota pasaba la red, ya podías golpearla, pues no había unas raquetas visibles, así que la pelota podía estar continuamente en el aire si ambos jugadores no la dejasen botar. No había marcador. Si la pelota botaba varias veces en un campo o salía fuera, había que reiniciar el juego.

Tennis for Two

El juego estuvo dos años entreteniendo a los visitantes y en ese tiempo sufrió algunas mejoras: pantalla tres veces más grande, posibilidad de jugar con poca gravedad (en la Luna) o con mucha gravedad (en Júpiter). Higinbotham nunca pensó en patentarlo y fue desmantelado para usar los componentes en otros proyectos.

No hay nada qué decir sobre la influencia que tuvo Tennis for Two en el entretenimiento electrónico, ¿verdad? 😉

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Así insultan los piratas

Hoy por la mañana, en lugar de estudiar para los exámenes, me puse a jugar a ‘The Secret of Monkey Island‘, la primera parte de esta gran aventura gráfica. Para el que no lo sepa, hay una parte del juego en la que tienes que derrotar a un maestro de la espada, pero no sólo usando ésta, sino con insultos. Así que he querido hacer una recopilación mientras me aprendía los insultos para enfrentarme a tan duro rival 😛

¡Llevarás mi espada como si fueras un pincho moruno!
Primero deberías dejar de usarla como un plumero.

¡Mi pañuelo limpiará tu sangre!
Ah, ¿ya has obtenido ese trabajo de portero?

La gente cae a mis pies al verme llegar
¿Incluso ANTES de que huelan tu aliento?

¡Ha llegado tu HORA, palurdo de ocho patas!
Y yo tengo un SALUDO para ti. ¿Te enteras? (¿¿??)

¡Nadie me ha sacado sangre jamás, y nadie lo hará!
¿TAN rápido corres?

Luchas como un granjero.
Qué apropiado. Tú peleas como una vaca.

¡Obtuve esta cicatriz en mi cara en una lucha a muerte!
Espero que ya hayas aprendido a no tocarte la nariz.

Batalla de Insultos - Secret of Monkey Island

¿Has dejado ya de usar pañales?
¿Por qué? ¿Acaso querías pedir uno prestado?

He oído que eres un soplón despreciable.
Qué pena me da que nadie haya oído hablar de ti.

Demasiado bobo para mi nivel de inteligencia.
Estaría acabado si la usases alguna vez.

He hablado con simios más educados que tú.
Me alegra que asistieras a tu reunión familiar diaria.

¡Qué feo eres! / ¡Vaya idiota! / ¡Y te crees que eres un pirata! /
Yo soy cola, tú pegamento. (¡JA! ¿Eso es lo único que se te ocurre? – ¿Qué pasa? Acabas de salir de las clases de esgrima? – ¡Vaya insulto de aprendiz!)

¡No pienso aguantar tu insolencia aquí sentado!
Ya te están fastidiando otra vez las almorranas, ¿eh?

No hay palabras para describir lo asqueroso que eres.
Sí que las hay, solo que nunca las has aprendido.

Tienes los modales de un mendigo.
Quería asegurarme de que estuvieras a gusto conmigo.

Una vez tuve un perro más listo que tú.
Te habrá enseñado todo lo que sabes.

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